Tormentosa creación, Mac Miller, Swimming [Album Review]
Copyright Clarke Tolton for RollingStone.com 2018 |
El pasado
mayo, Mac Miller y su hasta entonces pareja sentimental (por casi dos años de
relación) la estrella pop Ariana Grande, anunciaron oficialmente el final de su
relación sentimental, argumentando que sus agendas estaban bastante ocupadas.
Algunos días después, el rapero fue arrestado por estar involucrado en un
accidente automovilístico y conducir bajo la influencia del Alcohol. Si esta
situación de depresión y alcoholismo no parecía ser ya lo suficientemente mala,
en Twitter un usuario increpaba a Ariana Grande por ser, a su juicio, la
causante de todos los problemas en la vida del rapero, y la respuesta de la
cantante fue directa y fuerte, dice: “I am not a babysitter or a mother and no
woman should feel that they need to be. I have cared for and tried to support
his sobriety & prayed for his balance for years”, traducido “No soy una
niñera ni una madre y ninguna mujer debería sentir que debe serlo. Me he
preocupado y tratado de apoyar su sobriedad y oré por su equilibrio por años”,
seis semanas después la cantante anuncia su nuevo compromiso con el actor Pete
Davidson. Todas estas son situaciones muy difíciles que la mayoría de nosotros
conoce por alguien cercano o por experiencia propia y la intención de este blog
no es formar parte de la prensa rosa, pero el mensaje de Ariana Grande es muy
útil para dar un contexto del viaje emocional que atravesó Mac Miller para
llegar a culminar este álbum.
Desde su álbum
debut Blue Slide Park que rompió todos los charts, hasta su última entrega
Swimming, se nota la evolución que el rapero ha logrado, no solo reflejada en
sus situaciones personales, sino que progresivamente realiza música más
ambiciosa, que se refleja en su último disco, en donde la música expresa su
etapa emocional, y no solo es un producto creado para generar ventas. El disco
se siente como Mac Miller llevara al límite sus capacidades como músico,
resultando en un hip hop muy cambiante, que pasa de rimas agresivas a momentos
cargados de mucha pasión vocal.
Resulta que el disco que realiza Mac Miller
(al menos para mí) logra el objetivo, en verdad el disco refleja completamente
el sentir del rapero, ese reencuentro con la tranquilidad interior, como quien después
de una vivencia amarga y difícil, y después de tocar fondo, logra encontrar ese
pequeño sendero que con el tiempo llevará a poder estar en paz. Eso es el disco,
es la representación sonora del viaje de Miller, el viaje al infierno y los
demonios personales que cada quien debe enfrentar y al concluir tal batalla, lo
imagino manejando Cadillac Deville 65 en una carretera flanqueada por bosques solo
siguiendo el camino en el atardecer con este álbum de fondo, con la sensación que
todos hemos tenido alguna vez al perder a alguien (separación o fallecimiento)
importante, de no saber hacia dónde vas, pero sabes que vas a estar bien, pero
no serás la misma persona.
Así que no
hay que esperar un disco energético que solo hable de drogas, fiestas y
mujeres, ya no es el mismo músico de su sencillo Donald Trump, el disco me
parece trata de emular lo que actualmente están haciendo artistas como Frank
Ocean o Chance The Rapper. Una mezcla de jazz, hip hop y mucho sentimiento, eso
es el producto final, creo que este disco hay que experimentarlo de principio a
fin obviamente hay piezas que sobresalen de las demás como Come Back to Earth o
Self Care, pero la experiencia está en el álbum completo.
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